En la entrada de esta semana, y tras hablar la semana pasada de la Paz Armada, dejamos atrás la paz y nos metemos de lleno en la guerra, para conocer esas historias o personajes poco famosos de la Segunda Guerra Mundial, en lo que sería nuestro tercer volumen de Curiosidades de la Segunda Guerra Mundial.
1. Legión SS India
Muchos hombres nacidos en la India vieron en la Alemania nazi a una gran aliada para conseguir su independencia del Imperio británico. Así que siguiendo el principio de que “el enemigo de mi enemigo, es mi amigo”, políticos nacionalistas, activistas, militares e incluso destacados miembros del Partido del Congreso Indio de Mahatma Gandhi, buscaron de manera inmediata ponerse al servicio de Hitler. De entre todos estos individuos destaca Subhas Chandra Bose, líder del Bloque Vanguardista, el movimiento fascista indio, quién viajó a Alemania para tomar el mando de una formación militar integrada por indios antibritánicos que más tarde se conocería con el nombre de Legión SS India.
Subhas Chandra Bose, político nacionalista indio con polémicas alianzas políticas con el Eje |
La creación de la Legión SS India comenzó en Abril de 1941, en África del Norte, cuando la 3ª Brigada Motorizada India del Ejército Británico se rindió tras ser derrotada en la Batalla de Mechili, en Libia, ante las Afrika Korps de Erwin Rommel. Pocos días después, un oficial de la Luftwaffe, visitó el recinto provisional de los prisioneros indios en Cirenaica, consiguiendo mediante un convincente discurso en inglés la adhesión de 27 oficiales indios a las fuerzas armadas alemanas. De esta manera nacía la Sondeferrat Indien u Oficina Especial para la India, compuesta por funcionarios alemanes que buscaban a soldados indios en los campos de prisioneros o emigrantes de este país en Europa para que engrosaran las listas de este ejército hindú pronazi.
Una vez captados Chandra Bose fue elegido en Berlín “Netaji” o Caudillo del Comité para la India Libre, un gobierno alternativo indio en el exilio que debía contribuir a la caída del Imperio Británico en la India.
Encuentro entre Subhas Chandra Bose y Himmler |
Tras todo esto, se acordó con Hitler que este cuerpo indio debía avanzar junto a las tropas del Tercer Reich por Rusia, descender por el Cáucaso y atravesar Persia hasta alcanzar la India para liberarla del Imperio Británico. Pero esta misión requería un alto número de hombres, y Chandra Bose los encontró en el campo de prisioneros de Annaburg, cerca de Dresde, donde estaban prisioneros cerca de 10.000 indios, y de ellos, un número muy elevado de ellos se enroló en esta aventura.
Oficialmente la Legión India Libre, formada por unos 3.000 voluntarios, fue dada de alta el 26 de Agosto de 1942 como parte integrante del Ejército Alemán y quedaba bajo el mando del Teniente Coronel Kurt Krappe. Todo el proceso de instrucción militar se llevó a cabo en el cuartel de Königsbrück, cerca de Dresde. Simultáneamente otro destacamento muy reducido se formó como fuerza especial de comando dentro de la División de Entrenamiento “Brandenburgo” en el campo militar de Meseritz, con previsión de ser utilizados en misiones de sabotaje tras la retaguardia británica o en acciones paracaidistas, preferiblemente en la India.
El Teniente Coronel Krappe junto a Chandra Bose |
Estructuralmente la Legión India Libre fue organizada en siete unidades y dieciséis compañías. Hubo incluso una Guardia de Honor bautizada como “Compañía Ehren”.
Placa identificadora de un soldado de la Legión India SS |
A nivel de vestimenta los miembros de la Legión India Libre llevaron uniformes alemanes o tropicales verde-oliva con gorra convencional, a excepción de los que lucieron turbante o el típico casco alemán con una calcomanía de la bandera india. Todos los uniformes incluían una insignia oficial cosida en las bocamangas con el escudo tricolor hindú en barras horizontales naranja, blanca y verde con un tigre amarillo de Bengala en el centro y una inscripción en la parte superior que rezaba “Freies Indien” (India Libre). Otra de las particularidades fue que la Wehrmacht diseñó una serie de condecoraciones militares exclusivas para los voluntarios indios como la Orden del Azad Hind, la Estrella del Gran Tigre o el Mártir de la Patria “Shahid-e-Bharat”.
Distintivo de la Legión India Libre |
Entre Abril y Mayo de 1943, la Legión India Libre fue integrada dentro de la VI División Aérea de la Luftwaffe, siendo desplegada en distintos puntos costeros de Holanda para impedir un eventual desembarco enemigo en Europa. Sin embargo frío de los Países Bajos no fue propicio para unos soldados indios, lo que propició quejas entre los soldados debido a un brote de tuberculosis. Este malestar se tradujo en una negativa a cumplir las órdenes por parte de 170 indios de la III Compañía, lo que les valió ser juzgados en una corte militar y posteriormente sancionados, 77 de ellos con el retorno al campo de prisioneros por un período de 6 años. No obstante el incidente no fue en vano porque el Ejército Alemán entendió las preocupaciones de los indios y por eso decidió trasladarlos.
Francia fue el destino de la Legión India Libre en Septiembre de 1943 como parte de la CLIX División de Infantería Alemana, concretamente ubicada al sur del país a lo largo de varios acantonamientos entre el Golfo de Vizcaya y Burdeos con la misión de combatir a la resistencia de las Fuerzas Francesas del Interior. Su actividad durante este período no solamente se redujo a las habituales acciones antiguerrilleras, sino también a la construcción de las defensas costeras de la Muralla Atlántica en el sector de Lacanau. Rommel en persona hizo a una visita a los soldados de la Legión India Libre en Abril de 1944, curiosamente los mismos hombres que él había capturado en África hacía tres años, quedando completamente satisfecho por su profesionalidad y dedicación.
El Mariscal Rommel pasando revista a los soldados indios. |
Pero como sabemos, los Aliados desembarcaban en Italia y comenzaban un avance peligroso, por lo que la IX Compañía de la Legión India Libre, la más profesional, fue enviada a la Península itálica e incorporada a la CCLXXVIII División de Infantería Alemana y desplegada en el Monte Mailla, que protegía el camino hacia Chieti. Allí se enfrentaron a la ofensiva desencadenada por el V Cuerpo Británico y el II Cuerpo Polaco Libre, así como a las molestas incursiones lanzadas en la retaguardia por los partisanos comunistas italianos. Pero lo más sorprendente fue la batalla que llevaron a cabo en Pescara, donde se enfrentaron a las 4ª y 8ª Divisiones de Infantería Indias del Ejército Británico, allí soldados indios de ambos bandos se mataron entre ellos.
Las cosas no eran mejores para los que habían quedado en el Sur de Francia, el 6 de junio de 1944 los aliados llevaban a cabo el Desembarco de Normandía. Poco a poco las tropas estadounidenses fueron descendiendo peligrosamente hacia ellos. Asimismo, durante este periodo fue cuando la Legión India Libre pasó a formar parte de las Waffen-SS, quedando bajo el mando del SS-Oberführer Heinz Bertling y con la nueva denominación de Legión SS India.
Heinz Bertling (primero por la dcha) junto al delegado indio Nambiar y Krappe |
Al mes siguiente, el 15 de Agosto, se produjo la Operación “Dragoon”, un desembarco franco-estadounidense en Provenza, y la Legión SS India se vio obligada a abandonar el sur de Francia ante el riesgo de quedar envuelta manteniendo en su huida combates contra las Fuerzas Francesas del Interior. Cuando por fin cruzaron el Río Loira y dejaron atrás Dijon, la Legión SS India tuvo que enfrentarse a soldados y tanques del Ejército Estadounidense que de manera repentina aparecieron sobre el sector de Nuits Saint Georges, logrando los indios aguantar tenazmente los asaltos norteamericanos y replegarse ordenadamente hacia Remisemont.
Tampoco a los miembros de la IX Compañía India Libre en Italia les fue mejor. Durante meses la Legión SS India soportó sucesivas ofensivas anglo-estadounidenses a lo largo de la Línea Gótica de los que milagrosamente salió bien parada porque no tuvo pérdidas. No obstante y a pesar de su determinación, el frente fue roto y los indios libres tuvieron que retirarse combatiendo a los partisanos italianos por Pesaro, Rímini y Pistoia hasta finalmente ponerse a salvo en el puerto de La Spezia.
Para otoño de 1944 la Legión SS India fue finalmente evacuada de Francia y estacionada en Colmar, Alsacia. Primeramente fue acuartelada en Oberhofen, hasta que las fuerzas norteamericanas irrumpieron en Alsacia y Lorena. Su siguiente destino entonces fue Heuberg en la Navidad de 1944, donde debido a la inexistencia de instalaciones militares y a la presencia del frío invernal, los indios tuvieron que alojarse en las propias casas de los civiles.
A principios de 1945 la Legión SS India se había reducido a 2.000 soldados. Los indios comprendían que Alemania iba a perder la guerra y que por tanto era necesario actuar cuanto antes. Por este motivo y ante la proximidad de la frontera con Suiza, muchos fueron los que empezaron a elaborar planes de fuga por miedo a las represalias de los vencedores, en especial de los británicos. Así, en marzo cientos de indios libres marcharon a pie hacia los Alpes hasta alcanzar el Lago Constanza. Sin embargo, poco antes de llegar a la frontera con Suiza, la Legión SS India fue emboscada por las vanguardias del Ejército Estadounidense y del Ejército Francés en Sonthofen, a los cuales la mayoría de indios libres tuvieron que rendirse, salvo algunos pocos que cruzaron la frontera de Suiza.
Simultáneamente a lo que estaba ocurriendo en los Alpes, la IX Compañía India Libre estacionada en Italia se encontraba en aquellos instantes defendiendo la línea del ferrocarril entre Rávena y Ferrara junto a soldados alemanes y milicianos fascistas italianos de la República de Saló. Para cuando los Aliados asaltaron sus posiciones en Abril de 1945, los miembros de la Legión SS India fueron desalojados con facilidad del sector de Comacchio. Sin embargo muy pronto las vanguardias aliadas en dirección hacia Milán envolvieron a los indios libres, lo que obligó a los últimos efectivos a rendirse ante los norteamericanos, siendo la Legión SS India disuelta para siempre.
Destruida la Legión SS India al mismo tiempo que el Tercer Reich, las represalias no se hicieron esperar. Fueron los soldados franceses y las tropas coloniales de Marruecos en los Alpes los primeros en mostrar su odio ejecutuando en la localidad de Immenstadt a numerosos de los prisioneros indios frente un pelotón de fusilamiento. Poco después los prisioneros serían transferidos a los ingleses, quienes los hacinaron inhumanamente en un barco de carga con jaulas y los llevaron a lo largo de una interminable ruta marítima desde la costa alemana hasta la misma India. Otros con más suerte pudieron salvarse de ser castigados por los ingleses alistándose en la Legión Extranjera Francesa, aunque esa opción no les libró de combatir en la difícil Guerra de Indochina. Sin embargo la inmensa mayoría de indios libres regresó a la India, donde serían encarcelados dentro de la Fortaleza Roja de Nueva Delhi, siendo juzgados acto seguido por el crimen de “traición” al Imperio Británico.
Por suerte para todos los miembros de la Legión SS India, la independencia de la India en 1947 y la consecuente marcha de los británicos puso en libertad a todos los prisioneros de la Fortaleza Roja de Nueva Delhi. Desde ese instante todos los soldados de la Legión SS India caídos durante la Segunda Guerra Mundial fueron considerados mártires y los supervivientes héroes de la nueva patria.
2. Ye Olde Pub y Franz Stigler
Como sabemos, la guerra saca lo peor de las personas, pero incluso en estos momentos hay casos y detalles que dejan lugar al honor, y este es el caso de Franz Stigler.
Franz Stigler, piloto de la Luftwaffe |
El 20 de diciembre de 1943, tras realizar un bombardeo sobre la ciudad de Bremen, los aviones estadounidenses volvían a sus bases, pero uno de ellos, una fortaleza volante B17, bautizada como Ye Olde Pub, estaba muy seriamente dañada, un motor había sido reventado por los disparos de los cazas enemigos, la cola y el estabilizador horizontal estaban prácticamente hechos añicos. Su fuselaje era un auténtico colador, y a través de los grandes agujeros realizados por la artillería antiaérea alemana se podía incluso ver a la tripulación intentando curar a sus compañeros heridos. Además estos agujeros permitían la entrada del frío, y a esa altura y en el mes de diciembre se calcula que podían estar a casi 50 grados bajo cero.
No es de extrañar que de esta manera y debido a la falta de velocidad, poco a poco, el Ye Olde Pub fuese perdiendo contacto con sus compañeros, y para más inri sus sistemas de localización dejaron de funcionar, así que esta nave quedó sola y perdida en el cielo alemán.
En este periplo y de manera accidental, el piloto del Ye Olde Pub, el capitán Charlie Brown se vio sobrevolando un aeródromo alemán. En tierra saltaron las alarmas, y se dio orden al piloto Franz Stigler para que montase en su Messerschmitt Bf 109 y derribase a ese avión enemigo. A pesar del cansancio que arrastraba el piloto de caza alemán, que había participado en el derribo de otras dos fortalezas volantes ese mismo día, se montó en su caza y se puso en persecución del Ye Olde Pub.
Poco a poco se fue acercando, y la escena que vio le encogió el alma, nunca había visto a un avión tan dañado mantener el vuelo. Sin disparar se puso a la altura del Ye Olde Pub. A bordo del B17 se dieron por muertos, en cualquier momento el caza alemán abriría fuego sobre ellos, y el Ye Olde Pub seguramente no aguantaría ni un solo disparo más. Las miradas de ambos pilotos se cruzaron, pero Charlie Brown vio que Franz Stigler le hacía gestos con la mano, le estaba indicando que debía virar 180 grados.
Encuentro en el aire entre Franz Stigler y el destrozado Ye Olde Pub |
Charlie Brown no salía de su asombro, el caza alemán les estaba escoltando hacia el Mar del Norte, y una vez que ambos aviones estuvieron sobre el Mar, Franz Stigler saludó con la mano a Charlie Brown y puso rumbo hacia su base. Al llegar a Alemania, Franz Stigler aseguró que había derribado al Ye Olde Pub sobre el Mar del Norte, sabía que si contaba la verdad sería conducido ante un tribunal de guerra y seguramente ejecutado. Mientras, Charlie Brown contó a sus superiores lo ocurrido, quienes le ordenaron no hablar de eso nunca más.
La guerra continuó para Franz Stigler y para Charlie Brown, y tras su finalización, Charlie Brown retornó a su hogar en Virginia Occidental donde continuó con su carrera en el ejército alzando el grado de Teniente Coronel, para jubilarse en 1972 y trasladarse a Miami; y Franz Stigler tras la derrota se convirtió en un importante hombre de negocios trasladándose a vivir a Canadá.
En 1986, Charlie Brown fue invitado al “encuentro de las águilas” una reunión celebrada en Alabama donde se dieron encuentro veteranos de la Segunda Guerra Mundial, allí un estudiante le preguntó por algún recuerdo memorable, y tras dudar unos instantes, Brown contó su aventura. Al ver la acogida que tuvo decidió buscar a ese piloto alemán, y tras cuatro años de larga búsqueda en los registros de las Fuerzas Aéreas Estadounidenses y de la Alemania Occidental no consiguió ningún rastro. Su única salida era la asociación de pilotos de combate a los que escribió informándoles de su búsqueda. Unos meses después, recibió una carta desde Canadá en la que ponía “Yo fui aquel” y un número de teléfono. Rápidamente Charlie Brown llamó a aquel teléfono y para evitar que fuese un fraude realizó una serie de preguntas que solo el piloto alemán sabría responder. Y así fue como Charlie Brown y Franz Stigler iniciaron su amistad y se encontraron en numerosas ocasiones. Afirmando siempre Franz Stigler que no pudo disparar a aquel desvencijado avión ya que era como disparar a un paracaidista, era aprovecharse de un indefenso, algo indigno a fin de cuentas.
Esta amistad solo la rompió la muerte, aunque casualmente ambos murieron en el año 2008 con solo unos meses de separación.
Franz Stigler y Charlie Brown, una amistad que solo la muerte rompió. |
3. El Club de los Bastardos Afortunados.
Y Charlie Brown podría haber formado parte de un selecto grupo llamado El club de los bastardos afortunados, un selecto grupo en el que para entrar a formar parte se debían cumplir únicamente tres requisitos:
1. Pertenecer al Cuerpo Aéreo de los Estados Unidos durante la Segunda Guerra Mundial, algo que a priori podría cumplir muchos hombres.
2. Ser tripulante de una fortaleza volante B17, un segundo requisito que también cumplían muchos.
3. Y por último, y el más difícil de todos, participar en más de 25 misiones de bombardeo sobre la Alemania nazi.
Este último requisito era el más complicado puesto que según las estadísticas, las probabilidades que tenía de sobrevivir la tripulación de un B17 era solamente del 29 por ciento.
Diploma a James O. Burke de entrada en el Club de los Bastardos Afortunados. |
4. Pilotos canadienses y las coles de Bruselas.
Servir como tripulante de un bombardero durante la Segunda Guerra Mundial tenía muchos más inconvenientes que ventajas. Pero si a este hecho se le sumaba el hacerlo en la Royal Canadian Air Force, entonces el tema se complicaba. Cuando los tripulantes canadienses volvían de sus misiones, muchos de ellos sufrían fuertes dolores abdominales.
Coles de Bruselas, solución a unos problemas pero iniciadoras de otros. |
Estas dolencias llegaron a oídos de los servicio médicos, quienes iniciaron un estudio y llegaron a la conclusión de que el motivo de estos dolores era que los bruscos descensos, a los que en ocasiones eran sometidos estos aparatos, provocaban una acumulación de gases en el abdomen de sus tripulaciones, que al no poder expulsarlos de forma natural, se concentraban provocando unas intensas punzadas. La solución que idearon fue un cambio en la dieta de estos hombres, incluyéndose grandes cantidades de coles de Bruselas y repollos, con el objetivo de provocar que los gases fuesen expulsados de forma natural. Pero este cambio de dieta provocó más de un problema a bordo de los aviones. Edward Cooke, piloto de un Halifax recordaba como el oficial médico les apremiaba para deshacerse de sus gases de manera rápida antes de iniciar el descenso, y Robert Kirkpatrick, piloto de un Havilland recordaba que esa dieta había provocado más de un problema durante el vuelo, debido a que la cabina de esos aviones no estaba ventilada, y la situación era como mínimo incómoda a la hora de volar, pero imaginaros al aterrizar.
5. Teniente alemán Arim Faber.
El 23 de junio de 1942 se producía sobre el Canal de La Mancha un combate aéreo entre Spitfires y Focke-Wulfs Fw190A-3. En esta lucha, el Teniente Faber se enfrenta al aliado Trejtar, quien finalmente es abatido, pero consigue saltar en paracaídas.
Retrato idealizado Arim Faber |
Tras esto, Faber con su Fw190A-3 da una vuelta alrededor de Trejtar y respetando la caballerosidad de los pilotos, no abre fuego contra él, le saluda con la mano y erróneamente pone rumbo hacia el norte, cuando su base queda al Sur, ya que ha confundido el Canal de Bristol con el Canal de La Mancha.
A los pocos kilómetros observa un aeródromo, que él toma como alemán, aunque realmente es el aeródromo británico de Pembrey, hacia donde pone rumbo haciendo la señal de la victoria moviendo sus alas e inicia la maniobra de aterrizaje. Faber espera que sus compatriotas le reciban como un héroe, pero lo que encuentra frente a él le deja perplejo, un sargento británico le apunta con su pistola.
Fw190A-3 de Faber fotografiado poco después de aterrizar. |
De esta manera, Arim Faber le acababa de entregar a los británicos un Fw190A-3 intacto, un avión que superaba técnicamente al Sptifire y que traía de cabeza a la Royal Air Force.
El Fw190A-3 de Faber formando parte de la RAFWaffe, la fuerza aérea de aviones capturados. |
6. Gallina Myrtle
Para hablar de este animal tenemos que hacer referencia al último programa que dedicamos a esta conflicto y en que nos centramos en la Operación Market Garden, donde como vimos el papel protagonista recaía sobre las fuerzas paracaidistas. Tal como narramos, los paracaidistas aliados veían como una y otra vez su misión se cancelaba o aplazaba por distintos motivos. La intranquilidad y la baja moral reinaba en la base por las innumerables ocasiones en las que se cancelaban los planes.
Un día de julio, el Teniente Pat Glover, intendente del X Batallón, se aburría dando un paseo por el campo Somerby, y ante la inactividad, probó su puntería disparando desde 50 metros su rifle de calibre 22 contra una veleta en forma de pollo situada en el tejado de la iglesia del pueblo. Orgulloso de acertar en dos ocasiones, contó esta hazaña en el comedor de oficiales, donde alguien no se lo creyó y la discusión fue en aumento, y como suele pasar, una conversación deriva en otra y finalmente Pat Glover se vio diciendo que cualquier ave en posesión de alas y plumas podía volar.
El Teniente Pat Glover, ya anciano, junto a la veleta que inició toda esta historia. |
Lógicamente alguien le recordó que las gallinas y los pollos tienen alas y plumas, pero no vuelan. Glover afirmaba todo lo contrario, y para demostrarlo adoptó un pollo con el que saltaría en paracaídas en dos días, y cuando se encontrasen descendiendo lo liberaría y así demostraría a todos que podían volar.
Al día siguiente visitó la granja y, sin el consentimiento de los dueños, pasó una hora intentando atrapar un pollo, como no pudo hacerse con ninguno, atrapó finalmente a una gallina a la que bautizó como Myrtle.
Glover diseñó hasta el lugar que ocuparía Myrtle durante el salto, metida en una bolsa de lona con cremallera, unida a él por el hombro izquierdo, y siempre con granos de maíz. En su primer salto Glover, ya con el paracaídas desplegado, abrió la bolsa donde se encontraba la gallina, y Myrtle asomó la cabeza, pero rápidamente se metió otra vez en la bolsa. Poco a poco se fue acostumbrando, y durante sus últimos saltos fue capaz de cubrir los últimos metros de la caída por sí misma, y cuando estaba ya en tierra, esperaba pacientemente que el teniente Glover llegase a recogerla.
El Teniente Glover preparado para el salto |
Sus graznidos y su forma de revoletear las alas le gustaron a toda la unidad, siéndole concedido el emblema de paracaidista, la cual llevaba a su pescuezo con una cinta elástica.
El lunes 18 de septiembre, fue el día elegido para que la Brigada hiciese su desembarco aéreo sobre Arnhem. A su llegada, fueron recibidos por un intenso fuego antiaéreo, golpeando algunas explosiones el avión C 47. Al divisar el humo amarillo, que era el lugar indicado de aterrizaje, se encontraron con una fuerte resistencia alemana, todo alrededor ardía, con ametralladoras alemanas barriendo todo lo que se movía, entonces, Glover decidió que cuidara de la gallina su asistente, Josep Scott, ya que él se apresuró a socorrer a muchos de sus hombres, que yacían muertos o heridos, a pesar de que tenía dislocado un dedo, ya que al llegar, siendo arrastrado por el suelo, se afanaba en tener en una mano su paracaídas y en la otra, a su protegida.
No se separó un instante de Myrtle, que se encontraba agazapada dentro de su bolsa, pero Scott cometió un error, dejó la bolsa en la parte superior de la trinchera, aunque Glover se dio cuenta enseguida del peligro que corría, y fue rápidamente a quitarla, no le dio tiempo, ya que una bala alcanzó a la gallina, muriendo instantes después.
Por la noche, toda la unidad se unió para darle sepultura, cerca de unos setos de donde murió, siendo enterrada con sus alas de paracaidista.
7. El Elefante Lin Wang
Un animal que en la antigüedad fue usado para la guerra es el elefante, pero curiosamente hay uno que participó en la Segunda Guerra Mundial y cuya historia os vamos a contar, él es Lin Wang, que luchó tanto para el lado japonés como para el lado chino en la Segunda Guerra Sino-Japonesa.
Después de que Japón atacase la base estadounidense de Pearl Harbor en 1941, esta guerra Sino-Japonesa se convirtió en parte de la Segunda Guerra Mundial. Cuando las tropas imperiales japonesas atacaron la colonia británica de Birmania, Lin Wang, cuyo nombre en esos momentos era Ah Mei, que significa “el hermoso” formó parte de este ejército con la misión de empujar los cañones del ejército japonés en medio de las difíciles selvas birmanas. Sin embargo, dos años después, en 1943, su unidad fue derrotada por las tropas chinas, y este elefante y otros doce más pasaron a formar parte del ejército chino, donde realizaron unas tareas similares a las que hacían con los japoneses.
Lin Wang formando parte del ejército chino |
En 1945 la Fuerza expedicionaria china retornó a su país, y los elefantes y sus guías comenzaron una larga marcha de vuelta a casa, y cuando consiguieron llegar la guerra había terminado. Pero esto no significó el retiro de Ah Mei, ya que fue usado para construir monumentos a los chinos caídos durante el conflicto, y durante 1946 formó parte de un circo que buscaba recaudar dinero para acabar con la hambruna que sufría China una vez acabada la Segunda Guerra Mundial. Tras esto pasó a formar parte del zoo de Guangzhou.
Finalmente, en 1952 fue licenciado por el ejército chino y encontró un nuevo hogar en un zoológico taiwanés. Allí recibió su nuevo nombre, mucho más masculino, ya que Lin Wang significa “Rey de la Selva”, y sobre todo encontró a una compañera para el resto de su vida.
Lin Wang se convirtió en el animal más famoso en Taiwan, y no por sus méritos de guerra, sino como el elefante de su especie que vivió más tiempo en cautiverio, falleciendo en 2003 a los 86 años. El país estuvo de luto y lo honró con un funeral tradicional, como si fuera humano, encendiendo incienso y quemando dinero en su honor.
8. Bamse
Y seguimos con los animales, esta vez con Bamse fue un perro San Bernardo verdaderamente especial que en 1940 fue inscrito oficialmente como miembro de la tripulación del buque noruego Thorodd.
Bamse uniformado como marino noruego |
Bamse levantó la moral de la tripulación del buque y sus actos de heroísmo le hicieron famoso. En 1941 el comandante Olav August Nielsen paseaba por el muelle cuando un hombre intentó asesinarle. Bamse atacó al asaltante y le arrojó al agua salvando así su vida.
En 1942, Bamse fue el único que vio caer a un marinero que no sabía nadar al agua. Avisó ladrando pero al ver que nadie venía no dudó en saltar al agua y rescatar él sólo al hombre llevándolo hasta el muelle. Si no hubiera actuado con tanta rapidez el marinero seguramente se habría ahogado.
Bamse y sus compañeros humanos |
Además, Bamse recogía a los marineros de los bares a los que iban y se aseguraba de que regresaran a tiempo para el servicio o el toque de queda. Empujaba literalmente a los marineros para sacarlos de los bares y si alguien trataba de escapar lo impedía hasta traerlos al barco. También era conocido por romper las peleas entre los compañeros de tripulación poniendo sus patas sobre los hombros de los que peleaban intentando calmarlos.
Bamse se convirtió en mascota oficial de la Marina Real Noruega y más tarde de todas las fuerzas noruegas, hasta que falleció por una insuficiencia cardíaca en el muelle de Montrose el 22 de julio de 1944. Fue enterrado con honores militares y a su funeral asistieron cientos de marineros noruegos, militares aliados, ochocientos niños alineados en silencio a lo largo del camino y gente de la ciudad de Montrose y Dundee.
Estatua levantada en honor y recuerdo a Bamse |
Su tumba es atendida regularmente por la población local y la Marina Real Noruega celebra una ceremonia conmemorativa cada 10 años. Bamse fue galardonado a título póstumo con la medalla Hundeorden Norges por su servicio en la guerra y en 2006 recibió también la medalla de oro PDSA por su valentía y devoción al deber, siendo el único animal de la Segunda Guerra Mundial que ha recibido este honor.
9. Judy
Otro valiente perro fue Judy, una pointer nacida en una perrera de Shanghai, China, que fue adoptada como mascota por la Armada Real Inglesa y estuvo en servicio activo en la campaña de Malasia y Singapur como miembro de la tripulación del Grasshopper. Cuando el barco se dirigía a Java fue bombardeado dejando a los supervivientes aislados en una isla deshabitada con poca comida y sin agua. Judy fue capaz de encontrar un manantial de agua dulce que les salvó la vida.
Tras salir de la isla consiguieron llegar a Sumatra donde fueron hechos prisioneros, incluyendo Judy. Allí daba la voz de alarma si algún animal venenoso se acercaba y ayudó a algunos hombres a escapar de palizas distrayendo a los guardias. Frank Williams, su inseparable compañero, quiso protegerla y para ello consiguió que el comandante al cargo registrara a Judy como prisionera de guerra firmando el papel en una ocasión en la que éste estaba borracho.
Judy y Frank Williams tras ser liberados |
Cuando fueron liberados en 1945, Judy se convirtió en una heroína nacional siendo primera plana en los periódicos de todo el mundo.
9. El gato Oskar, el insumergible
Y por último la historia de un gato, al que si viajaba en un barco alemán le llamaban Oskar y si lo hacía en uno inglés, Sam, pero si hubo algún "apodo" por lo que sería reconocido fue "el insumergible", pues sobrevivió a 3 naufragios en 6 meses: al de un acorazado, al de un destructor y al de un portaaviones.
Oskar, el adorable gato insumergible |
Nosotros hoy vamos a llamarle Oskar. Oskar era un gato de color blanco y negro que empezó su andadura en la Segunda Guerra Mundial a lo grande, a bordo del acorazado Bismarck; que como ya os contamos en el programa que le dedicamos fue hundido el 27 de mayo de 1941, salvándose únicamente 115 marinos y…el gato Oskar.
El acorazado Bismarck, primer destino de Oskar |
Uno de los barcos que recogía supervivientes era el destructor británico Cossack y entre los muchos supervivientes que subió a bordo se encontraba Oskar, lo descubrieron encima de un madero a la deriva asustado y congelado, la tripulación del destructor decidió adoptarlo y, aunque llevaba un collar con su nombre, decidieron cambiárselo por el de Sam que sonaba más británico.
HMS Cossack, segundo hogar de Oskar |
Pero esta adopción no duró demasiado ya que en octubre de ese año, el destructor Cossack fue alcanzado por un torpedo del submarino alemán U-563, pero el gato consiguió aferrarse a un bote salvavidas y fue recogido, con los supervivientes del bote por el portaaviones Ark Royal, que había participado en el hundimiento de su primer barco, el Bismarck.
Fue en estos momentos cuando comenzó a recibir el apodo del insumergible por los marinos ingleses, y haciendo honor a este apodo sobrevivió a un nuevo hundimiento.
HMS Ark Royal, tercer y último destino en la mar de Oskar |
El Ark Royal recaló en Gibraltar y allí dejaron al gato saltar a tierra y corretear por los alrededores, pero antes de zarpar, el capitán dio orden de que subiesen al gato a bordo, pues los marinos lo tenían como si de un talismán se tratase. Sin embargo la suerte fue esquiva al Ark Royal ya que el 14 de noviembre, un submarino alemán U-81 lo hundía.
El gato logró sobrevivir, aunque esta vez lo dejaron en tierra una vez que quedó demostrada que era lo que realmente deseaba este animal. Fue licenciado poco después y enviado a Irlanda donde acabó sus días plácidamente como mascota de un hogar de marineros retirados en Belfast.
10. Batalla del Castillo de Itter
Una de las batallas más extrañas que se dieron durante la Segunda Guerra Mundial fue la batalla por el Castillo de Itter, por el hecho de que alemanes y estadounidenses lucharon juntos contra un enemigo común, las Waffen SS. El hecho lo enmarcamos en los últimos días de la Alemania Nazi, 5 de mayo de 1945, de hecho Adolf Hitler se había suicidado cinco días antes.
Castillo de Itter |
El castillo de Itter es un pequeño castillo situado en lo alto de una colina cerca del pueblo de Itter en Austria. Después de que Alemania se anexionara este país, el Gobierno alemán alquiló el castillo a su propietario, Franz Grüner, a finales de 1940. El teniente general de las SS Oswald Pohl expropió la fortaleza a Grüner el 7 de febrero de 1943, por orden de Heinrich Himmler. La transformación del castillo en un campo de prisioneros se completó el 25 de abril de 1943 y sus instalaciones pasaron a depender de la administración del Campo de concentración de Dachau.
No era la primera vez que un castillo se usaba como una cárcel, pero en esta prisión improvisada estaban internados personalidades famosas del régimen francés que por unas casualidades o por otras habían acabado en manos alemanas. Entre ellos estaba Jean Borotra, y diversas personalidades francesas como el antiguo primer ministro Édouard Daladier, la hermana mayor de Charles de Gaulle, Marie-Agnès Cailliau, el antiguo comandante en jefe del Ejército Maxime Weygand, el antiguo primer ministro Paul Reynaud, el antiguo comandante en jefe Maurice Gamelin.
Toda la aventura que hoy nos ocupa comenzó el 2 de mayo, cuando se suicidó en el castillo el último comandante de Dachau, Eduard Weiter. Al día siguiente, uno de los prisioneros en el castillo, miembro de la resistencia comunista yugoslava, consiguió escaparse con la intención de contactar con los aliados. Se dirigió a unos 64 kilómetros. Esa misma tarde se encontró con la avanzadilla de la 103ª División de Infantería norteamericana, y les informó de la existencia del castillo y los prisioneros.
El 4 de mayo el comandante y jefe de la prisión, Sebastian Wimmer abandonó el castillo seguido de sus hombres de las SS. Los prisioneros tomaron el control y las armas dejadas por los soldados de las SS, y uno de ellos, el checo Andreas Krobot, consiguió llegar hasta la cercana localidad de Wörgl, recientemente abandonada por la Wehrmacht pero reocupada por las SS, y contactó con la resistencia austríaca, quienes le llevaron ante el Mayor Josef Gangl, comandante de lo que quedaba de una unidad de la Wehrmacht que, desobedeciendo las órdenes de retirada, se había unido a la resistencia.
El mayor Gangl y sus hombres se dedicaban a defender a los austríacos de las represalias de las SS, calle por calle. La resistencia consiguió llegar hasta la pequeña unidad de 23º Batallón Blindado del Teniente de 1ª John C. “Jacks” Lee quien comandó el grupo de rescate compuesto por dos tanques M4 Sherman, seis hombres de la Compañía D de la infantería asignada al 17º Batallón Acorazado. En el último momento, Lee, decidió reforzarse con cinco Shermans. Junto a ellos, encabezando el grupo, el kubelwagen del Mayor Gangl y un camión con la infantería alemana.
Teniente Lee (izq.) y el Mayor Gangl (drch). |
Cuando esta fuerza llegó al Castillo, encontraron que los franceses habían organizado la defensa liderados por un oficial renegado de las Waffen-SS que se ha quedado para ayudarles. Poco después, las SS volvían al Castillo con la idea de retomarlo. En la mañana del 5 de mayo los disparos de fusiles y ametralladoras alemanas empezaron a impactar en las ventanas. Las SS habían traído un cañón de 88 mm que puso fuera de combate uno de los Sherman norteamericanos. Esa fue la señal para el ataque general; quizás envalentonados por la destrucción del carro, las tropas de la SS salieron de la línea de los arboles desde dos flancos, unos en dirección a las puertas del castillo en la cara este, otros, al muro oeste.
Los defensores empezaron a hacer fuego con decisión; americanos, alemanes y prisioneros, pero la situación no era fácil. Un nuevo impacto del cañón de 88 mm mato o hirió a varios soldados de Gangl, y el propio Mayor fue abatido poco después por el disparo de un francotirador. Al llegar la tarde las cosas no iban demasiado bien para los defensores, que habían visto como las SS destruían otro tanque. Por fortuna para las 4 de la tarde llegaron los refuerzos del 142º Regimiento de Infantería, que consiguió reducir a los atacantes y hacer más de 100 prisioneros nazis.
El Teniente Lee, fue ascendido poco después y condecorado con la Medalla de Servicios Distinguidos y la Estrella de Plata, para Gangl, que había fallecido durante la batalla, el reconocimiento vino del pueblo austriaco, que lo nombro héroe nacional.
11. Operación Haudegen
Otra operación bastante curiosa fue la Operación Haudegen, u operación estocada, una lucha por controlar el Frente Meteorológico, es decir controlar el clima. El Alto Mando Militar del III Reich llevaba tiempo interesado en establecer estaciones meteorológicas en el norte de Europa. De este modo esperaban prever con antelación la llegada de temporales, tormentas de nieve y olas de frío, información muy útil para los movimientos de la Kriegsmarine y de la Luftwaffe. Para ello llevaron una serie de intentos en el año 1943, cuando enviaron a sendas delegaciones científicas a Tierra de Francisco José, en Rusia; y a la isla Shannon, cerca de Groenlandia, pero estos intentos terminaron siendo unos fracasos absolutos.
Pero estos fiascos no significaron la renuncia a las ideas, y siguiendo la tenacidad alemana, al año siguiente volvieron a intentarlo con la Operación Haudegen y con una estación portátil a bordo del rompehielos Wuppertal, esta segundo no tuvo éxito, ya que el rompehielos Wuppertal quedó atrapado en los hielos árticos en octubre, y un mes después se interrumpieron las comunicaciones y no volvió a saberse nada de él ni de su tripulación. Pero la Operación Haudegen, que era la instalación de una estación de las islas Svalbard si fué un rotundo éxito.
El mando de esta misión recayó en el Teniente Wilhelm Dege, y este nombramiento se apoyaba en su formación académica, Dege, además de militar, era profesor de geología y geografía, había participado en varias misiones de exploración de las Svalbard en los años 30 y hablaba perfectamente el noruego. Bajo su mando se encontraban 10 soldados, la mayoría jóvenes voluntarios, quienes tras un duro entrenamiento en los Alpes, fueron transportados a las islas por un submarino y un carguero. Tras explorar el archipiélago, Dege decidió instalarse en Nordaustlandet, la segunda isla más grande del aqrchipiélago, aunque estaba deshabitada. En el fiordo Rijpfjord, junto al cabo Vestfonna, se instalaron varios barracones prefabricados que debían albergar dormitorios, almacenes, laboratorios, etc. Y acto seguido, los buques partieron dejando solos a los 11 valientes. Era septiembre de 1944.
El Teniente Wilhelm Dege, militar, geólogo y geógrafo. |
El día a día en esta base era bastante aburrido, a las 7 y media de la mañana debían levantarse, y tras asearse y desayunar trabajaban hasta las 6 de la tarde. Un trabajo que consistía en el registro de datos y mediciones; y a las 8 de la noche debían trasmitirlos a la base mediante un sistema codificado. Tras esto, se cenaba y se apagaban las luces a las 11 de la noche.
Para que sus jóvenes subordinados mantuvieran la disciplina y no se desesperaran ante la falta de actividad, Dege comenzó a impartirles clases de matemáticas, literatura, geología, biología, etc. Clases que fueron al parecer bastante provechosas: varios de aquellos jóvenes soldados estudiarían ciencias después de la guerra; alguno con notable provecho, como Siegfried Czapka, quien con los años se convertiría en un experto en exploraciones polares.
El 2 de mayo de 1945 recibieron por radio la noticia de la muerte del Führer, y el 8 se enteraron de que la guerra ha terminado. Dege ordenó entonces avisar a los aliados de su posición y esperar la llegada de las tropas para entregar la base. Asimismo, ordenó destruir el armamento, salvo el necesario para defenderse de los osos polares, que habían dado algún que otro susto a los soldados. También enterró los documentos secretos, incluido su diario personal, que serían recuperados en 1985 por su hijo, el doctor Eckart Dege. Y se pusieron a esperar tranquilamente la llegada de los aliados.
Dado que no tenían otra cosa que hacer, siguieron con su trabajo, tomando datos y enviándolos por radio, ya sin codificar. También continuaron las clases, con las que Dege trató de preparar a los jóvenes para lo que les esperaba en la nueva Alemania. Pero el tiempo pasaba, y nadie aparecía por allí, ni recibieron comunicación alguna. Los alemanes empezaron a preocuparse. Tenían abundantes suministros, y en caso de necesidad podían cazar y pescar, pero si no los rescataban pronto, llegaría el invierno y el hielo y la oscuridad retrasarían su evacuación hasta el año siguiente. Por fin, a finales de agosto las autoridades noruegas les comunicaron la llegada de un barco noruego a cuyo capitán debían entregarse.
El 3 de septiembre llegó el primer barco a la zona, pero no era un buque aliado, era el Blaasel, un barco de cazadores de focas, al mando del capitán Ludwig Albertsen. Alemanes y noruegos se saludaron cordialmente e incluso compartieron un ameno almuerzo, tras el cual Dege entregó su arma al capitán noruego oficializando su rendición, Albertsen, impresionado por la solemnidad del momento, sólo acertó a preguntar si podía quedarse con el arma. El propio Dege redactó su declaración de rendición, y al día siguiente, 4 de septiembre, el Blaasel partía de la base. Eran los últimos miembros del ejército nazi en rendirse, y habían resistido más que el mismísimo imperio japonés, que había firmado su rendición el día 2.
Los 11 soldados alemanes pasaron varios meses en un campo de prisioneros, para luego ser puestos en libertad y regresar a Alemania. Dege volvió a la docencia y murió en 1979. La estación Haudegen quedó abandonada. Sus restos aún se conservan en su emplazamiento, aunque muy deteriorados.
La misión Haudegen logró recolectar una ingente cantidad de datos que resultaron de gran utilidad para el conocimiento de la dinámica climática del hemisferio Norte. Tanto es así que, años después, pese a tratarse de una misión militar, la UNESCO la declaró como "de gran valor científico".
12. Islas británicas del Canal de La Mancha
Otra curiosidad de esta contienda fue todo lo desarrollado con la ocupación alemana de las islas británicas del Canal de la Mancha. Estas islas son Jersey, Guernsey, Alderney y Sark, siendo las únicas islas de Gran Bretaña ocupadas por fuerzas alemanas. Las dos islas principales, Jersey y Guernsey fueron bombardeadas, y tropas alemanas desembarcaron sin oposición dos días más tarde. La situación en las islas fue de hecho más dura que lo que se pensó alguna vez y hay pruebas de colaboración de los Bayliff, como se conoce a los Gobernadores de cada una de las islas, en el empadronamiento, la captura y la deportación de civiles.
Ubicación de las islas británicas del Canal de La Mancha. |
La historia que hoy nos ocupa empieza en el mismo inicio de la Segunda Guerra Mundial. El Almirantazgo Británico consideró las islas como indefendibles por su cercanía a la costa francesas y por tanto, fácilmente atacables por la Luftwaffe. Se permitió decidir a los pobladores si evacuaban o permanecían en las islas, y las decisiones fueron dispares, Alderney fue totalmente abandonada; en Guernsey se evacuó a todos los niños en edad escolar; en Jersey la mayoría de los pobladores decidieron quedarse en la isla; y en Sark decidieron quedarse todos.
Los vuelos de reconocimiento alemanes no permitieron determinar de manera concluyente si las islas se encontraban desmilitarizadas o si serían defendidas, por ello, el Alto Mando alemán decidió llevar a cabo un bombardeo el 28 de junio de 1940 con el fin de limpiar la zona antes de llevar a cabo un desembarco de tropas.
En este bombardeo, los puertos de Guernsey y Jersey fueron destruidos, falleciendo 33 civiles en Guernsey y 11 en Jersey. En las últimas horas del 28 de junio, y para evitar mayores derramamientos de sangre, la BBC informaba de que esas islas estaban desmilitarizadas, y al día siguiente, el Gobierno británico pedía al Embajador de Estados Unidos, en ese momento país neutral, que comunicase a Berlín que en las islas no había efectivos militares.
Tras recibir la noticia, la Luftwaffe quiso comprobar que eran ciertas, y llevaron a cabo diferentes vuelos de reconocimiento en los que comprobaron que la comunicación era cierta. Finalmente, el Capitán Liebe-Pieteritz, voló hasta Jersey portando un ultimátum para el Teniente Gobernador Major General Harrison, un ultimátum que fue aceptado, por lo que se puso en marcha la Operación "Grüne Pfeile".
El Alto Mando Alemán designó a la 216 División de Infantería para la ocupación de las islas, quienes poco a poco fueron tomando cada una de las islas. Sin embargo, a pesar de toda la pasividad, Churchill no se resignaba a perder las islas, por lo que el 2 de julio le pidió al General Ismay preparar unos planes para matar o capturar a los invasores, planes que luego se desarrollarían como la Operación Ambassador. Cinco días después, el Segundo teniente Hubert Nicolle volaba de manera secreta con el fin de recabar toda la información posible, el día 10 de julio, aterrizaron en Guernsey el Segundo Teniente Philip Martell y el Segundo Teniente Desmond Mulholland, vestidos de civil y Nicolle se montaba en el avión de vuelta con toda la información.
El 15 de julio, cinco días después, el ejército británico llevaba a cabo la Operación Ambassador, el desembarco de 140 comandos, pero terminó siendo un total fracaso.
Oficial de la Luftwaffe conversa con un policía en St. Helier, isla de Jersey |
El 4 de setiembre nuevamente aterrizan en Guernsey Hubert Nicolle y el Segundo Teniente James Symes, oriundo de las islas, para determinar el tamaño de la guarnición alemana, pero el plan de evacuación falla y deben permanecer ocultos en casa de familiares de Symes. Poco después, los alemanes comenzaron a sospechar, posiblemente por soplos de la población civil, de presencia de militares británicos, y ofrecen una amnistía a los soldados británicos ocultos, quienes finalmente se entregan.
Tropas de ocupación alemanas en las islas del Canal |
Tras esto, el Alto Mando Militar Alemán, llevó a cabo el refuerzo militar de la zona mediante la instalación de baterías de artillería, por lo que se envió a 16.000 hombres de la Organización Todt, encargados de la construcción de fortificaciones y demás obras civiles. En Guernsey se colocaron 15 baterías costeras, 5 en Alderney y 8 en Jersey. La más grande era la Batería Mirus que contaba con 4 cañones de 30,5 cm que pertenecieron al acorazado soviético Imperator Alexandr Troti.
Las islas contaban además con enormes torres de observación para el control de fuego naval. Todo este complejo formaba parte de la Muralla del Atlántico. Tras el desembarco de Normandía, las comunicaciones desde Francia con las islas se cortaron y dejaron de llegar suministros.
Por su parte, el Alto Mando Aliado decidió no invadir las islas del Canal, sino dejarlas como un bolsón para que capitulen por inanición, tendiendo un cerco marítimo. Finalmente, con la caída de Saint Malo en agosto, la comunicación marítima con las islas quedó cortada definitivamente y la 319ª División y los habitantes de las islas quedaban abandonados a su suerte. Desde ese momento, los Aliados comenzaron una guerra psicológica lanzando panfletos pidiendo la rendición.
La situación de las islas llega a Inglaterra a través de la Embajada de Suiza, quienes además les informan de la petición de los alemanes de llevar a cabo la evacuación por medio de la Cruz Roja Internacional. El Alto Mando Aliado parece dispuesto a permitirlo, pero Churchill se opuso pidiendo la rendición total de los alemanes.
En el interior de las islas no falta únicamente los alimentos, los medicamentos se están acabando. El 7 de noviembre, Churchill cede a las presiones del Gabinete que afirman que en ese momento las islas son realmente un gran campo de prisioneros a los que hay que alimentar.
No obstante estas medidas no alivian la situación, por lo que tropas alemanas seleccionadas deciden llevar a cabo asaltos a las costas de Francia con el fin de buscar alimentos. El 8 de mayo, en uno de esos asaltos, el mando alemán en la isla decide permitir que los habitantes escuchen el mensaje de Churchill con motivo de la victoria. Al día siguiente, a las 8 de la mañana, anuncia a la población que la guerra había terminado, por lo que depuso las armas y esperó la llegada de las tropas aliadas al mando del Brigadier Snow a bordo del destructor Bulldog.
Tras esto, los alemanes firman la capitulación, y se inicia la Operación Nestegg con el desembarco de tropas del destructor HMS Beagle en la isla de Jersey. La guarnición del islote de Minquiers fueron las últimas tropas alemanas en rendirse en las islas del Canal. El 23 de mayo de 1945, esos soldados, en total estado de inanición fueron recogidos por un bote pesquero francés y llevados a Inglaterra.
13. El violinista de Stalingrado.
Para la siguiente historia tenemos que viajar hasta la Batalla de Stalingrado y concretamente a la Nochebuena de 1942. La moral de los soviéticos estaba por los suelos y las deserciones de sus soldados empezaban a ser preocupantes. Buscando una manera de insuflar ánimo a sus soldados, el alto mando soviético ordenó que se reclutara a los músicos más importantes de la URSS. La idea era regalarles un gran concierto navideño al aire libre, justamente en el centro de la ciudad, donde pusieron a punto unos enormes altavoces para que la música sonara en todos los rincones de la devastada Stalingrado.
Así pues, llegaron actores, músicos y bailarinas, y entre estos artistas se encontraba el joven violinista Boris Goldstein, quien se alejó del grupo y se dirigió a las trincheras para curiosear en qué condiciones vivían los soldados. El violinista ruso estaba impactado, nunca había visto un campo de batalla con tanta muerte y desolación como el de Stalingrado. Casi todo estaba destruido por las bombas y la artillería, y junto a los cadáveres de los soldados que yacían en el suelo, le horrorizó ver muchos esqueletos de caballos que habían sido literalmente "devorados" por las tropas hambrientas.
Todo este horrendo paisaje conmovió de tal manera a Goldstein, que se inspiró como nunca y tocó magistralmente su violín para los soldados soviéticos. Empezó interpretando canciones típicas del folklore popular ruso, ya que el alto mando tenía prohibido tocar melodías extranjeras, más aún alemanas; pero, en un momento de su interpretación, Goldstein hizo caso omiso de las órdenes y empezó a tocar piezas navideñas del compositor alemán Johann Sebastián Bach.
Boris Goldstein, el violinista del infierno de Stalingrado |
Las melodías que interpretaba Goldstein con su violín también podían ser escuchadas en las trincheras alemanas por el efecto de los grandes altavoces que pusieron, y de repente, como si de un milagro se tratara, cesaron los tiroteos y la artillería. En medio de aquel sepulcral silencio, sólo se escuchaban las notas desgarradoras del violín. Cuando el violinista terminó, un gran silencio se apoderó de las tropas soviéticas, y desde otro altavoz situado en las trincheras alemanas, se escuchó una voz vacilante que en un incipiente ruso pidió:
"Por favor, toquen algo más de Bach. Nosotros haremos un alto al fuego."
El alto mando soviético aceptó la petición y Goldstein volvió tomar su violín e interpretó un Gavotte de Bach. En ese momento, incluso los técnicos alemanes acoplaron sus micrófonos para que la música pudiera oírse con mayor nitidez en su lado.
Muchos soldados alemanes terminaron cantando el “O Tannenbaum”, típico villancico alemán, y algunos rusos ortodoxos clandestinamente, también cantaron algunas canciones típicas.
Se produjo una tregua de hora y media. Por una hora y media en el infierno de la peor batalla de la historia, se abrió una pequeña ventana del paraíso.
14. Muerto según las ordenanzas
Esta historia la protagoniza el Teniente británico Georg. Mientras que los soldados iban embarcando en Dunkerque en los buques en dirección a los puertos ingleses, la mayor responsabilidad recaía en los que tenían como misión impedir que los alemanes estrechasen aún más el cerco. Durante uno de estos combates, en los alrededores del Canal Ypres-Comines,se produjo una de las muertes más singulares de toda la Segunda Guerra Mundial .
Un grupo de soldados británicos resistía al límite de sus fuerzas la presión de las tropas germanas. Unos cuantos hombres fueron enviados a reconocer la zona para saber si los alemanes iban a poder contar con refuerzos, pero va pasando el tiempo y no estos hombres no regresaban.
Repentinamente, un oficial vestido con impecable uniforme y botas relucientes se puso en pie detrás de las trincheras, sosteniendo sus prismáticos y buscando con la mirada a sus soldados. Se trataba del comandante de la compañía, el Teniente Georg. Mientras inspeccionaba el horizonte recibió un balazo en el pecho, disparado seguramente por un francotirador. Los prismáticos se le cayeron de las manos y su rostro se volvió pálido, mostrando una mueca de dolor. La sangre manchó su uniforme. Se retiró tropezando, se acercó a sus soldados y los miró fijamente. Se cuadró y sorprendentemente les dijo :
- ¡ El teniente Georg anuncia su muerte en acción !
Luego hizo el saludo militar, se puso firme y cayó muerto dos segundos más tarde.
15. El B-17 Gina
El Subteniente italiano Guido Rossi era un excelente piloto de caza, e ideó un curioso y efectivo plan, aunque eso sí violaba todas las convenciones de la guerra y cualquier tipo de caballerosidad en el combate. En mayo de 1943, y sabiendo que la Italia fascista se había hecho con un intacto avión P-38 Lightning estadounidense que había aterrizado de emergencia en Cerdeña, pidió a Mussolini permiso para poder utilizarlo y según expuso al Duce, hacerse pasar por un piloto estadounidense, acercarse a los solitarios aviones aliados y cuando estos se creyesen seguros por la escolta de un compañero, atacarles y derribarles.
El P-38 Lightning, el avión trampa de Guido Rossi |
El plan como hemos dicho era contrario a las convenciones de la guerra, pero eso no fue razón para que Mussolini viese el plan con buenos ojos y permitiese llevarlo a cabo. La idea de Guido Rossi pareció ser acertada, ya que en numerosas ocasiones consiguió derribar a diferentes aviones aliados, pero un día, el 4 de Junio de 1943, aunque llevó a cabo su plan, su vida cambió, sin saberlo para siempre.
En esa acción Guido Rossi derribó un B-17 bautizado como Bonnie Sue sobre la Isla de Pantellería, y el único superviviente de este ataque, el piloto Harold Fisher, juró vengar a sus compañeros.
El tiempo pasó, y las tropas aliadas avanzaron por Italia. Harold Fisher seguía buscando a su enemigo, y uno tras otro fue interrogando a todos los aviadores italianos que encontraba, hasta que uno de ellos le dijo el nombre de su némesis, Guido Rossi. Ahora Fisher sabía su nombre y rápidamente tuvo acceso a su historial, y así fue como ideó su venganza.
Consiguió una fotografía de la esposa de Rossi, Gina, que había quedado en territorio aliado durante el avance, y pidió a los técnicos de su B17 que pintasen el rostro de esta mujer y con grandes letras pusiesen su nombre. Además, reforzó de manera brutal todo el armamento defensivo de su bombardero. Una vez preparado el B17 “Gina”, Harold Fisher debía lanzar el anzuelo, por lo que comenzó una serie de vuelos en solitario por las zonas en las que se sospechaba que podría operar Rossi.
La pesca se basa en la espera, y los vuelos se fueron continuando, hasta que un día la silueta del P-38 Lightning apareció en el aire. Al acercarse, como de costumbre, el italiano observó la cara y el nombre de su esposa en el avión estadounidense y por radio preguntó a Fisher el motivo del nombre y de la fotografía. Las explicaciones que le dio Fisher me las voy a ahorrar, pero ya os digo que fueron bastante subidas de tono, por lo que lleno de ira Rossi se lanzó al ataque. Ese era el momento que Fisher estaba esperando, y las aumentadas defensas del B17 machacaron a Rossi sin piedad, quien tuvo que aterrizar de emergencia siendo capturado por una patrulla estadounidense que le trasladó a un campo de prisioneros en el que pasó el resto de la guerra.
Mientras, Fisher fue condecorado con el ejército estadounidense por tan curiosa acción.
Podemos pensar que el rencor llenó la mente de Rossi, pero estaríamos confundidos, ya que cuando en 1948 Fisher murió en un accidente aéreo en el Puente Aéreo de Berlín, uno de los primeros que acudió a su sepelio fue el propio Rossi.
16. Jorge de Grecia y los entrenamientos SOE
Un día, el Rey Jorge II de Grecia visitó el campo de entrenamiento de la SOE, el Grupo de Operaciones Especiales, en Palestina, para ver en directo a los grupos de comandos griegos en pleno entrenamiento.
Jorge II de Grecia, el Rey engañado por la SOE |
Se había preparado una gran exhibición en la que el momento álgido sería el ataque a un fuerte con fuego real. Una bandera alemana colgaba del muro y, después de un gran tumulto y tiroteo, le fue entregada con gran pompa al Rey, con su esvástica en el centro acribillada. El monarca quedó muy impresionado por la puntería de los soldados.
17. De Gaulle y los escoceses.
El Coronel David Stirling, fundador del SAS británico, el Servicio Aéreo Especial, fue autorizado a doblar sus efectivos, debido al éxito de las misiones encargadas a sus hombres. Los mejores hombres que encontró, debido a que ya estaban entrenados, fueron la compañía de paracaidistas de la Francia Libre del capitán Georges Berger.
El Coronel escocés David Stirling, fundador del SAS |
Cuando se les propuso, Berger y sus hombres se mostraron totalmente de acuerdo en integrar el cuerpo de élite. Pero había un problema: De Gaulle acababa de tener uno de sus habituales enfrentamientos con los ingleses, y había jurado que nunca permitiría que ningún soldado francés que estuviera bajo su mando volviera a servir a superiores británicos.
Pese a ello, Stirling decidió ir a Beirut para hacer una visita al general. Le planteó sus razones de la manera más convincente que pudo, y De Gaulle lo escuchó atentamente y se mostró comprensivo. Conocía de sobras el trabajo y la reputación de Stirling, pero aun así le dijo que, por lo que a él respectaba, su petición era inaceptable.
De Gaulle acompañó hasta la puerta a un cariacontecido Stirling, que comentó que era la primera vez en su vida que como escocés testarudo no había conseguido lo que se había propuesto.
-¿Escocés? -le preguntó De Gaulle- ¿Por qué no me lo ha dicho antes? Vuelva a entrar, por favor.
Y así fue cómo, en recuerdo de la antigua alianza francesa con María, reina de los escoceses, y de la tradicional amistad franco-escocesa contra el enemigo común, Inglaterra, Stirling consiguió sus 100 paracaidistas franceses.
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