Ruta por la Historia: El acorazado Bismarck

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viernes, 27 de mayo de 2016

El acorazado Bismarck

El protagonista de la entrada de esta semana es un barco, un acorazado de bolsillo de la Segunda Guerra Mundial, y si hablamos de este conflicto y de acorazado de bolsillo, su nombre nos viene rápidamente a la mente, el acorazado Bismarck.

Bismarck
El acorazado de bolsillo Bismarck
Pero antes de hablar del acorazado hay que retroceder un poco en el tiempo. Tras el fin de la Primera Guerra Mundial, las naciones vencedoras impusieron unas duras condiciones económicas y militares a Alemania, unas condiciones que provocaron quejas desde muchos sectores de la sociedad germana, y entre estas quejas destacan los discursos de Adolf Hitler desde 1920.

En 1933 se produce la llegada de Hitler a la Cancillería, y con él un espíritu militarista invade toda Alemania, con lo que comienza el rearme nacional, en el que se incluye a la Kriegsmarine, la marina de guerra alemana que, al igual que el resto de ramas del Ejército alemán, estaba afectada por las clausulas aprobadas en el Tratado de Versalles. En su art. 181 el Tratado dictaba que “las fuerzas navales alemanas no podían exceder de seis acorazados, seis cruceros ligeros, doce destructores y doce torpederos, mientras que el artículo 190 limitaba el desplazamiento de los buques a 10.000 toneladas, con lo que apenas podían vigilar el tráfico marítimo en sus costas”.

No obstante, el 18 de junio de 1935 se firmaba en Londres el Tratado Naval anglo-alemán, por el que a Alemania se le permitía construir una flota de superficie de hasta un 35% de la británica y de hasta 45% en el caso de submarinos, y nacía así el Proyecto Z.
Tratado Naval anglo-alemán
Noticia del Tratado Naval anglo-alemán recogida por ABC
Bajo este Proyecto Alemania buscaba construir una gran cantidad de buques con los que enfrentarse, en un futuro, a la marina de guerra más poderosa del mundo, la Royal Navy británica.

Para llevarlo a cabo los ingenieros alemanes pusieron en marcha la gran industria militar alemana y desarrollaron un plan en el que se tenía que reducir el peso de las naves sin que ello afectase a sus prestaciones de combate. Para reducir este peso usaron aleaciones de metal muy ligeras de gran resistencia, se reemplazaron los pesados remaches por la soldadura de penetración. La reducción del peso permitía otra ventaja, se podía armar la nave con más cañones y sobre todo, más potentes. Nacían de esta manera los acorazados de bolsillo, naves que con la potencia de fuego de un acorazado tenían la velocidad de un crucero.

A pesar de estos avances surgieron disputas en la dirección de la Kriegsmarine, por un lado estaban las tesis del Grossadmiral Erich Raeder, que proponía seguir construyendo grandes buques de superficie, y frente a él se encontraban las ideas de Karl Dönitz, quien afirmaba que la guerra debía ser dirigida por la flota submarina debido a la vulnerabilidad de los buques de superficie. Además, según su teoría, cuando Inglaterra tuviese noticias de la construcción por parte de Alemania de buques de guerra, comenzaría una carrera armamentista que Alemania no podría ganar. A esto había que sumar que las costas alemanas no permitían poner a resguardo esta inmensa flota, por el contrario, los submarinos podían esconderse con facilidad. Por todo ello, y según sus cálculos, Alemania solo necesitaría 300 submarinos podía dominar el Atlántico y forzar la rendición británica.

Finalmente, el Proyecto Z del Almirante Raeder fue ratificado por Hitler, pero excesivamente caro, requería la inversión de más de 33.000 millones de Reichsmark.
Erich Raeder
Erich Raeder, Grossadmiral de la Kriegsmarine
El acorazado "F", tal como se llamaba el Bismarck antes de ser bautizado, fue encargado a los astilleros Blohm & Voss de Hamburgo, y su diseño fue pedido a Hermann Brukhardt. Su construcción se llevó a cabo a gran velocidad, instalándose la quilla el 1 de julio de 1936. Menos de tres años después, el 14 de febrero de 1939, el acorazado era botado y bautizado como Bismarck por la nieta de Otto Von Bismarck, del arquitecto de la unificación de Alemania. La industria alemana estaba construyendo a la vez un buque gemelo de nuestro invitado, el Tirpitz, aunque sus obras iban más lentas por lo que no pudieron ser botados juntos.

Bautizo del Bismarck
Hitler en el bautizo del Bismarck
El 24 de agosto 1940 entraba en servicio con el Capitán de navío Ernst Lindemann al mando. El Birmarck era el mejor de todos, el orgullo de la Kriegsmarine del que vamos a daros una serie de datos para que os imaginéis el poderío del buque del que estamos hablando. La eslora era de 241 metros y medio; mientras que la manga era de 36 metros. En ese espacio albergaba 8 cañones de 381 mm, 12 cañones de 150mm, y como defensas antiaéreas 16 cañones de 105 mm; 16 cañones de 37 mm y 18 cañones de 20 mm. Su blindaje iba desde los 14 centímetros y medio de acero en las zonas menos importantes para el buque, a los 35 centímetros de acero colocados en la cubierta acorazada, lo que según pensaban le haría inmune a cualquier proyectil disparado a corta distancia. Durante el proceso de construcción se puso especial cuidado en la estabilidad, y esa fue la razón de su enorme manga demasiado grande quizá a los ojos de muchos puristas, pero que fue diseñado así para darle mayor grado de estabilidad y tener mayor capacidad de absorción de los impactos. Mover tal cantidad de acero recaía en tres calderas Wagner que movían tres juegos de turbinas que le proporcionaban cerca de 150.000 caballos de potencia, todo este empuje daba a este gigante del mar una velocidad máxima de 29 nudos, casi 54 kilómetros por hora.

Ernst Lindemann
Ernst Lindemann, Capitán de navio
Cuando la tripulación del Bismarck conoció el barco a la perfección, comenzaron los ejercicios de vigilancia aérea y maniobras de combate en puerto. Tras dominar estas tácticas, llegó el momento de ponerlas en práctica en el mar, por lo que el 15 de septiembre de 1940, zarpaba desde Hamburgo con dirección a la base de Gotenhafen, en el Báltico. No obstante este viaje no estuvo exento de peligros, aunque no sufrió daños de relevancia, como cuando colisionó con el remolcador de proa que les sacaba por el río Elba; o cuando estando atracado en Kiel sufrió el ataque de aviones británicos.

Tras una semana en Kiel donde se revisaron los posibles daños, abandonaba esta ciudad y apoyado por un dragaminas ponía rumbo al Cabo Arkona de la Isla de Rügen, donde atracó el y nuestro invitado continuó en solitario hasta llegar a Gotenhafen, donde durante dos realizó pruebas de navegación, consumo, y velocidad, siendo modificados algunos componentes que terminaron por convertir a nuestro invitado en uno de los acorazados más rápidos del mundo.

El 5 de diciembre regresó a Hamburgo, donde fue pintado de camuflaje al modo de la marina alemana, tres franjas blancas y negras sobre el casco y la superestructura; con la proa y la popa en gris oscuro y falsas olas blancas.

Bismarck camuflaje
El acorazado Bismarck pintado de camuflaje el 21 de mayo de 1940
Mientras estaba en Hamburgo, recibieron la visita del agregado naval de la embajada sueca en Berlín que, alentado por los comentarios que el Führer había hecho de semejante fuerza naval, quería verlo en persona. El agregado naval quedó sorprendido, pero junto a él visitaron el barco otros miembros de la embajada que no eran pronazis y que aprovecharon esa información para trasladársela al Gobierno británico quienes al ver esos datos hicieron saltar todas las alarmas, un nuevo peligro estaba a punto de salir al mar.

Y llegó el mes de abril, y nuestro invitado tuvo la salida libre para volver a Gotenhafen y realizar nuevas pruebas con las que engrasarse perfectamente y prepararse para el combate. En estas pruebas quedaba claro que era el mejor de todos, el orgullo de la marina de guerra alemana. Aprovechando la fuerza de este titán de los mares las autoridades alemanas idearon Operación Rheinübung con la que bloquear a Inglaterra y ponerle una soga al cuello.

Según el plan diseñado por Raeder, los acorazados Bismarck, Tirpitz, Scharnhorst y Gneisenau, debían partir hacia el Atlántico y destrozar todos los convoyes de mercancías que se dirigiesen hacia Inglaterra. No obstante, el Scharnhorst y el Gneisenau se encontraban atacados en Brest, Francia, tras hundir en dos meses a 22 mercantes británicos, y al menos el Scharnhorst debía entrar en dique seco para ser reparado, lo que le dejaba fuera de combate hasta el mes de julio. Por otra parte, el Tirpitz acababa de ser botado y a su tripulación aún le quedaban varios meses de adiestramiento. De todos los buques que inicialmente fueron pensados para llevar a cabo la Operación Rheinübung, únicamente el Gneisenau y el Bismarck estaban listos para el combate.
Gneisenau
El acorazado KMS Gneisenau
Los ingleses comenzaron a recibir noticias de la acumulación de efectivos navales en la zona, y sospecharon que los alemanes estaban preparando una acción a gran escala, en la que según pensaban el Scharnhorst y el Gneisenau, atracados en Brest, jugarían un papel principal.Por tanto, la orden lanzada desde el Almirantazgo fue dejar fuera de combate a estos dos buques. El 6 de abril, un avión del 22.º Escuadrón del Servicio de Costas de la RAF alcanzó al Gneisenau con un torpedo en la zona de popa, y provocó una serie de daños importantes que le retiraron del servicio activo durante un tiempo importante.

Ante esta situación, el Alto Mando Militar alemán ordenó que el nuevo crucero pesado Prinz Eugen, con sus 8 cañones de 203 mm, sus 12 cañones de 105 mm, sus 6 tubos lanzatorpedos y sus potentes defensas antiaéreas, acompañase al Bismarck en esta misión. Estos dos colosos del mar necesitaban, eso sí, el apoyo de los submarinos, por lo que se ordenó que si bien los submarinos se mantendrían en sus posiciones asignadas, en caso de ser solicitada su ayuda se lanzarían al apoyo sin reservas, por ello se destinó a un oficial de enlace de los submarinos a bordo del Bismarck.

Prinz Eugen
Crucero pesado KMS Prinz Eugen
El 18 de mayo de 1941 comenzaba la Operación Rheinübung. Con la llegada de la noche para hacer “invisible” su salida zarpaba el Prinz Eugen, y pocas horas después lo hacía el Bismarck, con Günther Lütjens, segundo de Raeder a bordo como Jefe de Operaciones. La operación parecía ir correctamente, pero dos días después cuando atravesaban el Estrecho de Kattegat, fueron avistados por el crucero sueco Gotland que avisó a Estocolmo, un mensaje del que los espías británicos tuvieron conocimiento y el agregado naval de la Embajada británica en Estocolmo transmitió la alerta al Almirantazgo británico. La escuadra alemana había sido descubierta.

El 21 de mayo un Spitfire de reconocimiento del Servicio de Costas avistó y fotografió a los buques alemanes fondeados en un fiordo noruego. Al recibir las fotografías, Winston Churchill pronunció una frase que ha pasado a la Historia “Hundid el Birmarck”. Con esta petición, el Almirante John Cronyn Tovey, Comandante en jefe de la Home Fleet, ordenó a los cruceros pesados Suffolk y Norfolk que controlasen el estrecho de Dinamarca; al mismo tiempo el crucero de batalla Hood y el acorazado Prince of Wales, acompañados por los destructores Achates, Antelope, Anthony, Echo, Electra, e Icarus zarpaban desde Scapa Flow hacia Islandia; y Tovey a bordo del acorazado King George V, su buque insignia, permaneció en Scapa Flow a la espera de que se confirmase la salida del Bismarck de Noruega.

En la noche del 21 al 22 de mayo los alemanes interceptaron un mensaje británico en el que se hablaba de ellos, ahora los alemanes sabían que habían sido descubiertos mientras dejaban atrás Noruega. El Almirante británico Tovey, tras recibir esta noticia, zarpó a bordo del King George V, junto a él navegaban el portaaviones Victorius, los cruceros ligeros Kenya, Galatea, Aurora, Neptune, Hermione, y los destructores Active, Inglefield, Intrepid, Lance, Punjabi, y Windsor. Una vez en mar abierto, el crucero de batalla Repulse se uniría a esta agrupación.

John Cronyn Tovey
El Almirante británico John Cronyn Tovey en 1940

Minutos después de las 7 de la tarde del 23 de mayo, el crucero pesado británico Suffolk detectó a los buques alemanes a siete millas escasas de distancia y emitió el siguiente mensaje: “Un acorazado, un crucero a la vista a 20 grados. Distancia siete millas, rumbo 240 grados". Los alemanes también habían detectado al Suffolk, pero no le atacaron debido a que el buque británico se limitaba a mantener contacto escondido entre la niebla.

Una hora después, los vigías alemanes detectaban al Norfolk a babor, pero esta vez el Bismarck si abría fuego, y aunque el barco inglés no fue alcanzado por ninguna de las cinco salvas, tuvo que lanzar una cortina de humo y ocultarse rápidamente entre la niebla. Ocultos por la densa niebla, el Suffolk se colocó a estribor de los alemanes y el Norfolk a babor, pero en vez de atacar, se limitaron a mantener contacto por radar a la espera de que unidades más potentes pudieran entablar combate con los alemanes. En el Bismarck, el radiotelémetro de proa había quedado fuera de servicio debido a la onda expansiva de sus propios disparos, así que Lütjens ordenó entonces un cambio de posiciones, el Prinz Eugen con sus radiotelémetros intactos en vanguardia, y el Bismarck con su poderosa artillería detrás para destrozar a los británicos en caso de que se aproximasen demasiado.

Al día siguiente los sistemas defensivos del Prinz Eugen oían el ruido de unos motores a babor. Minutos después, los vigías detectaban la presencia de lo que pensaban que era un crucero ligero a una distancia de 19 millas por babor. Poco después, los vigías alertaban de la presencia de otra nave. A bordo del Bismarck y el Prinz Eugen se tocaba zafarrancho de combate, y poco a poco las siluetas del crucero de batalla Hood y del acorazado Prince of Wales aparecían a babor. Debido a la similitud de las formar de los buques alemanes, el Vicealmirante Holland, a bordo del Hood, ordenó concentrar el fuego sobre el buque alemán que marchaba en cabeza creyendo que era el Bismarck, aunque realmente no era así. A las 05: 52, y a una distancia de 12 millas y media, el Hood abrió fuego, seguido del Prince of Wales apenas 30 segundos después. La primera salva del Prince of Wales cayó a la derecha de la popa del Bismarck, la segunda, tercera y cuarta salvas del Prince of Wales fueron largas. Por su parte, las primeras salvas del Hood dirigida al Prinz Eugen cayeron cortas.

Tres minutos después, los alemanes respondieron concentrando su tiro sobre el Hood. Los primeros disparos del Bismarck resultaron cortos, pero el Prinz Eugen había alcanzado al Hood a la altura del palo mayor provocándole un gran incendio que se extendió hasta la segunda chimenea corta. A las 6 y un minuto de la mañana, la quinta salva del Bismarck atravesaba la coraza vertical del Hood, y llegaba a las municiones de la artillería de las torres de popa, lo que provocaba tal explosión que el Hood, orgullo de la Armada británica, voló literalmente por el aire.

El Prince of Wales se encontraba en clara desventaja, y la potente artillería del Bismarck alcanzaba su puente de mando. Ante esta desesperada situación, el Prince of Wales lanzó una cortina de humo y se retiró del combate tras recibir tres impactos más del Bismarck y otros tres del Prinz Eugen.

explosión del Hood
Maqueta del momento de la explosión del Hood
En este combate el Bismarck había resultado “herido” dos veces, un proyectil inglés había dado bajo la línea de flotación en la sección 14, justo por debajo del cinturón acorazado, que atravesó el casco y explotó contra el mamparo antitorpedos, lo que provocó la inundación de la central eléctrica 4 de babor; y un segundo impacto en el castillo de proa, en la sección 21, por encima pero cerca de la línea de flotación. Este proyectil atravesó el buque y salió por estribor sin explotar dejando un boquete de metro y medio de diámetro.

Como consecuencia de estos impactos la velocidad máxima quedó reducida a 28 nudos y la proa se sumergía ligeramente bajo el agua. Además sufría una pérdida constante de petróleo y el rastro delator que dejaba reduciría las posibilidades de hacer la guerra al tráfico durante tiempo prolongado además de ayudar a los británicos en su persecución.

Ante esta situación, el Almirante Lütjens informó al "Grupo Norte" anunciando su intención de dirigirse a Saint-Nazaire para reparar los daños sufridos y repostar combustible, mientras los británicos, por su parte, seguían manteniendo contacto por la popa de los alemanes; el Suffolk a estribor, y el Norfolk y el “herido” Prince of Wales a babor. El Almirante Lütjens pensó que mientras el Bismarck iba a puerto seguro el Prinz Eugen podía seguir haciendo la guerra en solitario a los convoyes mercantes ingleses, pero para eso debía dejar atrás a los perseguidores alemanes.

Para poder llevar a cabo este plan, ordenó al Bismarck que virase y abriese fuego contra el Suffolk que se vio obligado a retirarse tras una cortina de humo. A este ataque respondió el Prince of Wales y el Bismarck disparó inmediatamente, mientras comenzaba ya a recobrar su rumbo original. Después de esta acción, en la que no se lograron impactos, el Suffolk quedó a babor de nuestro invitado junto con el Norfolk y el Prince of Wales, dejando inexplicablemente la zona de estribor sin vigilancia alguna.

A estas alturas el portaaviones Victorius ya estaba en la zona, y 9 aviones torpederos Swordfish despegaban desde su cubierta, y pocas horas después vieron al Bismarck en el mar y comenzaron su ataque. A bordo del acorazado alemán, se dio la orden de aumentar la velocidad y abrir fuego con todos sus cañones, no solo los antiaéreos, aunque no consiguieron alcanzar a ningún avión inglés. De todos los torpedos lanzados por los aviones británicos, solamente uno acertó en el acorazado alemán, pero impactó en la zona del cinturón blindado por lo que no provocó daños.

Swordfish
Avión torpedero Swordfish
De madrugada, Lütjens ideó un plan para despistar a los británicos y poder poner rumbo tranquilo hacia puerto. Ordenó aumentar la velocidad a 27 nudos y mandó virar a estribor, un lateral que los ingleses habían dejado libre. Cuando los británicos se dieron cuenta de que el Bismarck ya no estaba allí se dirigieron hacia el sur y luego hacia el oeste, en una búsqueda infructuosa de los alemanes. Finalmente, informaron que “habían perdido el contacto con el enemigo”. No obstante, si los ingleses no se habían dado cuenta de que el Bismarck se había escapado, a bordo del buque alemán aun pensaban que llevaban pegados a los ingleses a su lado, y solo tuvieron conocimiento del éxito de su plan, cuando el "Grupo Oeste" les informaba de que tras interceptar las conversaciones británicas, podían asegurarles que habían conseguido escapar de sus tres perseguidores. Tras recibir este mensaje, el Bismarck se mantuvo el silencio radiofónico, aunque los británicos ya habían interceptado sus emisiones y habían calculado su posición aproximada.

La posición del Bismarck fue finalmente conocida gracias a un hidroavión PBY Catalina del Comando de Costas británico que tras avistarle informó que se encontraba " (…) en demora 240 grados, a cinco millas, rumbo 150 grados. Mi posición es 49 grados 33 minutos norte, 21 grados 47 minutos oeste. Hora de transmisión, 1030/26".

Pero el grueso de la fuerza inglesa comandada por Tovey aún estaba demasiado lejos, únicamente la Fuerza H, procedente de Gibraltar y dirigida por el Vicealmirante Somerville podía interceptarlo, usando los aviones que transportaba el portaaviones Ark Royal. Los aviones Swordfish de este portaaviones lanzaron un ataque contra una nave que encontraron en el mar pensando que era el Bismarck, pero realmente era el crucero ligero británico Sheffield, que por suerte para ellos no sufrió daños.

Ark Royal
Portaaviones HMS Ark Royal
Los británicos tenían únicamente una oportunidad, en pocas horas llegaría la noche y si no lo remediaban los alemanes llegarían a Brest con los primeros rayos de sol del día siguiente, por lo que los quince Swordfish despegaban nuevamente del Ark Royal, y comenzaban su ataque. A bordo del Bismarck la artillería comenzó a lanzar salvas al aire, pero a pesar de ello no pudieron evitar que dos torpedos le alcanzasen por babor, uno en el centro y otro en la popa. Aunque el primer torpedo no afecto, el segundo le hirió de gran consideración alcanzando los timones. Estos quedaron agarrotados en una posición de giro de 12 grados, por lo que comenzó a virar en redondo

A bordo del acorazado alemán se sabía que la situación era crítica, por lo que el Almirante Lütjens envió el siguiente mensaje: "Buque incapaz de gobernar. Lucharemos hasta la última granada. Larga vida al Führer."

Amanecía el 27 de mayo de 1941 y a bordo del Bismarck la situación era tensa, se esperaba el ataque de los británicos en cualquier momento, y sobre las 9 menos cuarto de la mañana se colocaban en zona de tiro de los acorazados británicos. El acorazado Rodney fue el primero en abrir fuego, y poco después los hizo el King George V. Por su parte, los alemanes respondieron centrando su fuerza de artillería sobre el Rodney, mientras que el Norfolk se unía al combate. Pocos minutos después de las 9 de la mañana, el Bismarck recibió el impacto de varios proyectiles que alcanzaron el castillo, el mástil torre e inutilizaron la zona de dirección de tiro, lo que le dejó gravemente herido, pero no se rindió, siguió plantando cara en este desigual combate, un combate se convierte en una total cacería cuando el crucero pesado británico Dorsetshire se une a la contienda.

Eran un blanco fácil de los británicos que concentran su fuego en la artillería principal alemana, que rápidamente quedó fuera de combate, y les obligó a mantener una todavía más desigual lucha usando únicamente su artillería secundaria, que no obstante también quedó silenciada por la cortina de fuego a la que estaba siendo sometida.

A bordo reinaba el caos debido a que la zona de mando había quedado incomunicada del resto del barco, por lo que el segundo comandante, el Capitán de fragata Hans Oels, asumió el mando y dio la orden de hundir y abandonar el buque. Mientras, el acorazado Rodney se acercaba cada vez mas y continuaba disparando sus cañones de 406 mm haciendo blanco de manera continua, además lanzó dos torpedos que a menos de 3 kilómetros y con un blanco prácticamente inmóvil no fallaron. Minutos después de las 10, el Norfolk lanzaba cuatro torpedos más, y la destrucción del Bismarck era total pero, para asombro de los británicos, el acorazado alemán seguía a flote

A las 10 y veinte de la mañana, el Dorsetshire lanzó dos torpedos más, e hicieron blanco, pero el Bismarck seguía en pie, por lo que en vez de esperar a que se hundiese solo, se dio orden de lanzar otro torpedo poco después de las 10 y media. Este torpedo también hizo blanco y el Bismarck se fue escorando a babor poco a poco mientras se hundía de popa.

Finalmente, el Bismarck se hundió a las 10:39 en posición 48 grados 10 minutos norte y 16 grados 12 minutos oeste.

Bismarck
Pecio del Bismarck
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2 comentarios:

  1. Increíble y para la bronca de los británicos este barco esta con su casco prácticamente intacto pese a recibir 400 impactos de artillería. El hood para herir el orgullo inglés esta hecho trizas

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    1. Cierto, el casco de Bismarck a pesar de los múltiples impactos que recibió como comentas, se encuentra en un increíble buen estado; por otra parte el Hood prácticamente voló por los aires al impactar uno de los disparos del Bismarck en su cuarto de municiones. Saludos!

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